Sibilancia:
por lo general comienza súbitamente
es episódica
puede empeorar en la noche o en las primeras horas de la mañana
empeora con la exposición al aire frío
empeora con el ejercicio
empeora con la pirosis (reflujo)
se resuelve espontáneamente
mejora con los broncodilatadores (medicamentos que dilatan las vías respiratorias)
Tos con o sin producción de esputo (flema)
Dificultad respiratoria agravada por el ejercicio
Respiración demasiado dificultosa
Retracciones intercostales (respiración con retracción de la piel que se encuentra entre las costillas)
El tratamiento tiene como objetivo evitar los alergenos conocidos e irritantes respiratorios, así como controlar los síntomas y la inflamación de las vías respiratorias a través de un medicamento. Los alergenos algunas veces pueden ser identificados observando qué sustancias causan la reacción alérgica.
Las pruebas de alergia igualmente pueden servir para identificar los alergenos en pacientes con asma persistente. Entre los alergenos más comunes se encuentran la caspa de animales, ácaros del polvo, alergenos de cucarachas, mohos y pólenes. Los irritantes respiratorios comunes incluyen, entre otros: humo del tabaco, contaminación, humos provenientes de madera o gas en combustión.
Existen dos clases de medicamentos para el tratamiento del asma que son:
Medicamentos de control a largo plazo: utilizados regularmente para prevenir ataques y no para el tratamiento durante un ataque.
esteroides inhalados (Azmacort, Vanceril, AeroBid, Flovent) que previenen la inflamación
inhibidores de leucotrienos (como Singulair, Accolate)
broncodilatadores de acción prolongada (como Famoterol, Serevent) que ayudan a abrir las vías respiratorias
cromoglicato de sodio (Intal) o nedocromilo sódico
aminofilina o teofilina (ya no se utilizan tanto como en el pasado)
combinación de antiinflamatorios y broncodilatadores, utilizando ya sea inhaladores separados o inhalador único (Advair Diskus)
Medicamentos de alivio rápido (de rescate): utilizados para aliviar los síntomas durante un ataque.
broncodilatadores de acción breve (Proventil, Alupent, Ventolin, xopenex y otros)
corticosteroides intravenosos u orales (como prednisona, metilprednisolona) para estabilizar los episodios severos
Las personas con asma leve (ataques poco frecuentes) pueden utilizar los inhaladores cuando sea necesario. Las personas con asma más fuerte deben tomar medicamentos de control regularmente para impedir que se presenten los síntomas. Un ataque severo de asma requiere evaluación médica y puede ser necesaria la hospitalización, administración de oxígeno y medicamentos intravenosos.
Un espirómetro, dispositivo simple para medir los volúmenes pulmonares, se puede utilizar en la casa para ayudar a que la persona "vea un ataque que viene" y asi pueda tomar las medidas adecuadas, algunas veces inclusive antes de que se presenten los síntomas. Si el asma no se regula de manera períodica, un ataque puede presentarse sorpresivamente.
Las mediciones de los volúmenes pueden ayudar a determinar el momento en que se necesita el medicamento o a tomar otras medidas. Los valores de flujo máximo de 50 a 80% de la mejor medición personal de un individuo indican una activación moderada de asma, mientras que los valores por debajo de 50% indican un ataque grave.